Parece que ultimamente este blog me pide que hable, que cuente aspectos sórdidos o felices de mi vida, y es que hace tanto que intento no hacerlo, que intento olvidar todo lo malo que hay en mi vida y ver las cosas bonitas que me enseña el mundo. Y que dificil es ser feliz a veces, ¿verdad? Qué difícil es no despertar esa sensación de tristeza, que está ahí porque tú se lo permites -o no-. No me ha gustado dejar ir ciertas cosas, ciertas personas, ciertos sentimientos, me ha dolido empezar de nuevo cuando mi vida estaba repleta de cosas lindas por las que merecía la pena luchar. Ahora me aferro a mi esperanza más relativa que es un bebé de dos meses que me roba el corazón con cada amago de sonrisa que me concede, con cada una de las veces que roza mi piel con sus manitas pequeñas o con las veces que se queda dormido contra mi pecho escuchando nada más y nada menos que dead by april o fall out boy.
Hoy es un día bueno. Eso he dicho, día. En cuanto el sol se apaga y a la luna le da por esconderse detrás de las nubes, mi corazón se funde en la oscuridad más profunda y empieza a sangrar de forma poco sana, conquistando a mis ojos y haciéndoles lagrimear de forma tan consciente que escuece hasta en el mismo páncreas.
Curioso órgano ese, ¿verdad? hijo de puta lo defino yo, pero bueno, cada uno tendrá su punto de vista. Y para mí, es un órgano de mierda que ha enfermado y se ha llevado a quien más quería, dejándome un puto vacío en el pecho que no lleno ni queriendo, y que es como un agujero negro que me va absorbiendo desde dentro, cada órgano, quitándome la virtud de tener sensaciones, acabando primero con las bonitas y dejando los resquicios de un malestar tan puro como real.
1 comentario:
que tienes en el pancreas? me lo dejas en un post, los bebves, me dan miedo, son demasiado cutes y yo no sabria, ser feliz con uno, me da en realidad mucho miedo.
Publicar un comentario